4 de abril de 2008

Antiguas culturas americanas entregaban periódicamente una ofrenda de sangre humana a la tierra, con la convicción de que esta ceremonia contribuiría a que la misma fructificara; las mujeres parieran; el sol, que desaparecía todos los días por el oeste, renaciera cotidianamente por el este ... Involuntariamente hemos realizado nuestra ofrenda. Hace un año que Carlos Fuentealba, maestro neuquino, moría asesinado en defensa de los derechos docentes y de la escuela pública.

Qué es lo que ha cambiado después de la ofrenda? La tierra no es más fértil, las mujeres dan a luz según lo previsto por sus obstetras y el sol sigue con su rutina cotidiana, sin que nadie active la cuerda de su mecánico movimiento.

Qué es lo que ha cambiado después de la ofrenda? Un antiguo y bastardeado proverbio chino dice: “el aleteo de las alas de una mariposa, se puede sentir al otro lado del mundo”. Pues, aquella mariposa que aleteó hace ya un año en Neuquén, hoy es la campana que convoca, en cada una de las ciudades y los pueblos del país a quienes apuestan por la educación como legitima herramienta de transformación y movilidad. Jujuy grita: “Las tizas no se manchan” y Tierra del Fuego responde: “Carlos Fuentealba, ¡PRESENTE!”. Nunca se ha visto mordaza tan sonora.

Quizás el mayor homenaje que hoy rinden a Carlos Fuentealba los maestros de San Luis es la persistencia en la lucha. El estar, justamente hoy, sentados los gremios docentes en la mesa de acuerdo salarial, intentando recuperar parte de la dignidad perdida.

En nombre de los maestros miembros del Consejo Provincial de Educación, electos por voluntad de sus pares en las diferentes regiones de la provincia, adhiero y acompaño a esta muestra de respeto, este necesario ejercicio de la memoria, con la esperanza de que el juicio que comienza el próximo mes de junio disponga finalmente el correspondiente castigo a los asesinos, a los responsables políticos y a los cómplices del crimen.

A los indiferentes y a los tibios, el bíblico castigo… los vomitará Dios.


Graciela Artaza
CONSEJO DE EDUCACIÓN
Región Educativa II